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Jéssica

Y sobre la mesa aún sin escribir, espera el cuaderno púrpura que me regalaste.

Está cerrado, y en el centro  como tú lo dejaste.

Temo ver la soledad de las hojas en blanco, y no me atrevo a ensuciar con mis letras este bello paisaje de naturaleza muerta, o viva, y la muerta soy yo; rodeada de objetos que me recuerdan a ti.

Sentada en tu silla del escritorio, espero impaciente el sonido de la puerta que me avise tu llegada. Pero pasan las horas y la puerta sigue cerrada. Quizá nunca me resigne a tu partida, porque creo que te has quedado un poco conmigo, o soy yo la que se he marchado a tu lado.