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Sesión 15. Club MACONDO: “Mala letra” de Sara Mesa

En la próxima sesión del club, el lunes 12 de junio a las 19 h., comentaremos el libro de Sara Mesa, Mala letra.

Sara Mesa

En aquel tiempo la experiencia que teníamos con
la muerte era muy limitada. A veces se moría el abuelo
o la abuela de alguien, como una ficha de dominó que
cae cuando le toca al fin su turno, pero casi todos teníamos
todavía dos o tres abuelos vivos como mínimo.

(Inicio del relato “Mármol” en Mala letra)


 

 

Sara Mesa (Madrid, 1976) desde niña reside en Sevilla. Es una galardonada autora de poesía, relatos y novelas. Ha publicado Cuatro por cuatro (finalista del Premio Herralde de Novela): «Se afianza una nueva voz narradora que está en condiciones de dar importantes frutos en la novela española del siglo XXI» (Ángel Basanta, El Mundo); «Una escritura desnuda y fría, repleta de imágenes poderosas que desasosiegan en la misma medida que magnetizan» (Marta Sanz, El Confidencial); «Una pesadilla entre cuatro paredes, hábilmente orquestada» (Ariane Singer, Le Monde des Livres); y Cicatriz, elegido entre los libros del año por El País, El Mundo, ABC, El Español, y otros medios: «Una verdadera revelación» (J.M. Guelbenzu, El País), «Sara Mesa levanta una literatura de alto voltaje trabajada con precisión de orfebre» (Rafael Chirbes) «Los lectores nos sentimos atrapados por esta fascinante escritura, que es, a un mismo tiempo, oscura y luminosa» (J. A. Masoliver Ródenas, La Vanguardia); «Una novela incomparable, que trasciende la tradición española y se vuelve una novela europea, universal» (Adolfo García Ortega, Cultura Fnac). «Hay mucha belleza en Cicatriz, y yo diría que se trata de una belleza de concepción, de inteligencia narrativa» (Martín Schifino, Letras Libres).

Mala letra:  es un libro de relatos  que abordan temas como la culpa y la redención, la falta de libertad y esos «pequeños instantes, epifanías, revelaciones, imágenes que se abren, palabras que se desdoblan», cuando «algo se quiebra, y todo cambia». Niños que se resisten a obedecer y que viven con asombro y soledad el difícil proceso de crecer; chicas rebeldes cuya rebeldía es subterránea, rabiosa y poco aprovechable; seres atormentados –o no– por los remordimientos y las dudas; picabueyes y nutrias que representan agresión o consuelo; el desconcierto devidas en apariencia normales que a veces encierran crímenes y otras únicamente el deseo de cometerlos.

(Información tomada de la Editorial Anagrama)

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