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Sesión 3. Club ÉBANO: “Los príncipes valientes” de Javier Pérez Andújar

En la próxima sesión del club, el lunes 13 de noviembre, a las 11 h., comentaremos el libro de Javier Pérez Andújar, Los príncipes valientes.

Javier Pérez Andújar

Le decimos leer y somos nosotros, que corremos entre los bloques de edificios, y sacudimos los troncos de los árboles empapados de lluvia, y cazamos a las arañas en su telas, y recogemos cascos de botellas de leche y de botellas de champán, y buscamos cobre, bobinas de cobre caídas entre las matas que crecen en los solares, y junto a los huertos, y al sol de las escombreras que hay al lado de cualquier obra.

(Inicio de Los príncipes valientes)

 

 

Javier Pérez Andújar (Sant Adrià de Besòs,1965) es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Barcelona. Ha colaborado en los programas de televisión Saló de Lectura (Barcelona Televisió) y L’Hora del Lector (en TV3). Ha sido redactor jefe de la revista Taifa y ha escrito artículos para el fanzine Mondo Brutto y para el diario El País. Cultivador principalmente del ensayo, en 2007 publicó su primera novela, Los príncipes valientes. La obra es una evocación de la infancia del autor en una familia de inmigrantes andaluces del extrarradio de Barcelona, con numerosas referencias al mundo del cómic (ya en el título hay una alusión al clásico Príncipe Valiente, de Harold Foster) y a la literatura popular. Esta obra fue una de las cinco finalistas del Premio de Novela Fundación Lara. ​También ha sido galardonado en 2014 con el Premio Ciudad de Barcelona.

Los príncipes valientes: El río Besós en el extrarradio de Barcelona, el teniente Colombo, la colección de tebeos Joyas Literarias Juveniles, la Esfinge de los Hielos de Julio Verne…, este libro es una evocación, cargada de humor, emoción y abierta poesía, de un lugar y de una infancia: una ciudad del cinturón industrial barcelonés en los años setenta y una familia de inmigrantes. Pero es a la vez un vibrante relato de iniciación a la literatura a partir de elementos en apariencia de aluvión, como los tebeos, las series de televisión, los libros de quiosco o las adaptaciones de los clásicos. Compinchado con su amigo Ruiz de Hita, con el que comparte secretos y lecturas, el narrador recrea las clases de un profesor ex legionario, la pandilla de la escuela, los domingos con su tío Ginés –prototipo del pícaro–, los relatos de una madre que le hablan de un pasado rural para él mitificado, la turbadora presencia de la señora Umbelina, mujer pública, o una noche de Navidad que tuvo algo de fin de una época. En el horizonte se dibujan siempre las torres del tendido eléctrico, las chimeneas de la central térmica, el puente de la autopista y, sobre todo, el río, omnipresente, con su simbología y carga totémica. Pero lejos de ser los testigos de un tiempo inclemente, el de finales del franquismo, todos ellos configuran el escenario mitificado de las lecturas de la infancia. Hasta que el propio narrador descubra también su condición de clase, el compromiso político de sus mayores, y se proponga, a través de la escritura, que el heroísmo de los príncipes valientes no quede enterrado en la despedida de la infancia.

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