«

»

Sesión 6. Club ÉBANO: “Sumisión” de Michel Houellebecq

En la próxima sesión del club, el lunes 8 de enero,  a las  11 h., comentaremos el libro de Michel Houellebecq, Sumisión.

Michel HouellebecqLa nostalgia no es un sentimiento estético, ni siquiera está ligada al recuerdo de la felicidad, se siente nostalgia de un lugar simplemente porque uno ha vivido allí, poco importa si bien o mal, el pasado siempre es bonito, y también el futuro, sólo duele el presente y cargamos con él como un absceso de sufrimiento que nos acompaña entre dos infinitos de apacible felicidad

(Sumisión de Michel Houellebecq)

 

Michel Houellebecq  (Saint Pierre, Isla Reunión, 1958) es un poeta, ensayista y novelista francés preocupado en su obra por la penuria afectiva y sexual de las sociedades contemporáneas. En 1980 obtuvo su diploma como Ingeniero Agrónomo, poco antes de entrar en un periodo de paro y divorcio que acabaría en profunda depresión y le llevaría a pasar varias temporadas en un centro psiquiátrico. Es entonces cuando entra en contacto con ambientes poéticos y conoce al director de la Nouvelle Revue de París donde publicará sus primeros poemas. En 1991 publica  la biografía de Lovecraft: H.P. Lovecraft: contre le monde, contre la vie y también ese mismo año aparece su libro Seguir vivo. Un año más tarde publica su primer libro de poemas: La búsqueda de la felicidad (premio Tristán Tzara).

En 1994 aparece su primera novela Ampliación del campo de batalla con la que consigue gran fama y que sería llevada al cine unos años más tarde. Durante ese período colabora con varias publicaciones literarias. Su segundo libro de poemas, El sentido de la lucha (1996) le reporta el Premio de Flore de ese año. En 1998 publica Intervenciones, una colección de crónicas y relatos, y Las partículas elementales, su segunda novela, con la que obtiene el premio Noviembre.

En 1999 aparece Renacimiento, su tercer poemario y un año más tarde edita el disco Presencia humana, en el que recita sus poemas acompañado del músico Bertrand Burgalat. También en 2000 aparece Lanzarote, pequeña novela acompañada de fotografías. La publicación de Plataforma, donde trata el tema del turismo sexual en Tailandia generó una importante polémica, como ya sucedió anteriormente con Las partículas elementales.

Unas declaraciones sobre el islam en 2001 le llevaron a ser denunciado por organizaciones musulmanas y por la Liga de los Derechos del Hombre por “injuria racial e incitación al odio religioso”, cargos de los que fue absuelto.,

En mayo de 1998 recibió el Premio Nacional de las Letras otorgado por el Ministerio de Cultura francés y en 2010 el Goncourt por El mapa y el territorio.

El autor se ha convertido en un verdadero fenómeno social en su país. En su obra se conjugan magistralmente la seducción y la provocación, sobre todo en sus novelas que tienen todas una fuerte base especulativa mientras su poesía es testimonio de una imposibilidad de vivir que hace inviable toda esperanza.

Sumisión es una novela de política ficción o una fábula política, como se prefiera. Nos sitúa en Francia, donde el líder de un partido islamista moderado llamado Fraternidad Musulmana consigue presidir el país apoyado en la izquierda tradicional tras derrotar a la candidata del Frente Nacional. François, el protagonista de la historia, profesor universitario, observa desde su propia crisis, la rápida transformación que vive la sociedad francesa tras la llegada del nuevo presidente. A los múltiples cambios en la vida cotidiana se suma en su caso el hecho de que la Sorbona se convierte en una universidad islámica con prebendas para los profesores conversos. François, se ve en el dilema de abrirse las puertas a una nueva vida abriéndoselas a una nueva religión y convirtiéndose al islam.

La llegada de la novela a las librerías francesas coincidió con los atentados contra Charlie Hebdo y fueron muchos los que tildaron al autor de islamófobo y de dar aliento con su obra a la extrema derecha. Houellebecq declaró entonces “No tomo partido, no defiendo ningún régimen. Deniego toda responsabilidad. He acelerado la historia, pero no puedo decir que sea una provocación porque no digo cosas que considere falsas sólo por poner nerviosos a los demás”.

Más allá de la polémica suscitada, ficticia para algunos, nos hallamos ante una obra que plantea interesantes cuestiones y que busca responder a una pregunta que Houellebecq ya había planteado en una obra anterior, Las partículas elementales: ¿Cuánto tiempo una sociedad subsistir sin una religión cualquiera?

Más información: