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POEMA DE EMILIO PRADOS

CANCIÓN

Una vez tuve una sangre
que soñaba en ser río.
Luego, soñando y soñando,
mi sangre labró un camino.

Sin saber que caminaba,
mi sangre comenzó a andar,
y andando, piedra tras piedra,
mi sangre llegó a la mar.
Desde la mar subió al cielo…
Del cielo volvió a bajar
y otra vez se entró en mi pecho
para hacerse manantial
y agua de mi pensamiento…

Ahora mi sangre es mi sueño
y es mi sueño mi cantar,
y mi cantar es eterno.

DESDE que lo leí por primera vez me pareció un poema precioso, aunque nunca he sabido la razón. Eso sí, me recuerda la obra de Jorge Manrique “Coplas por la muerte de su padre” cuando dice:

Nuestra vida son los ríos

que van a dar a la mar

que es el morir…