En la próxima sesión del club, el lunes 18 de abril (11 h.), comentaremos la novela de Miguel Delibes, Señora de rojo sobre fondo gris.
Miguel Delibes Setién (Valladolid, 1920 – Valladolid, 2010). Novelista español y miembro de la Real Academia Española desde 1975 hasta su muerte, ocupando el sillón “e”. Doctor en Derecho y catedrático de Historia del Comercio, comenzó su carrera como columnista y posterior periodista de El Norte de Castilla, periódico que llegó a dirigir para, más tarde y de forma gradual, dedicarse enteramente a la novela.
Su labor como novelista se inicia dentro de una concepción tradicional con La sombra del ciprés es alargada, que obtiene el Premio Nadal en 1948. Publica posteriormente Aún es de día (1949), El camino (1950) y Mi idolatrado hijo Sisí(1953). Gran conocedor de la fauna y flora de su entorno geográfico, apasionado de la caza y del mundo rural, supo plasmar en sus obras todo lo relativo a Castilla y a la caza que reflejaría en su novela: Diario de un cazador (1955) por la que le concederían el Premio Nacional de Narrativa. Esta novela vería su continuación en Diario de un emigrante (1958). Sus siguientes novelas fueron: La hoja roja (1959) de contenido existencialista, Las ratas (1962) y en 1966 publicaCinco horas con Mario, considerada como una de sus obras maestras y con la que el autor se adentra en los caminos de la nueva narrativa española; continúa en esta dirección con Parábola del náufrago (1969) y en 1975 con Las guerras de nuestros antepasados. Los santos inocentes ve la luz en 1981 (y es posteriormente llevada al cine por Mario Camus); más adelante publica Señora de rojo sobre fondo gris (1991) y Coto de caza (1992), entre otras. En 1998 publica El hereje, una de sus obras más importantes de los últimos tiempos y por la que, de nuevo, le conceden el Premio Nacional de Narrativa. Fue su última novela. Delibes es también autor de los cuentos de La mortaja (1970), de la novela corta El tesoro (1985) y de textos autobiográficos como Un año de mi vida (1972).
Su producción revela una clara fidelidad a su entorno (Valladolid) y al campo castellano, y entraña la observación directa de tipos y situaciones desde la óptica de un católico liberal. La visión crítica, que aumenta progresivamente a medida que avanza su carrera, alude sobre todo a los excesos y violencias de la vida urbana. Entre los motivos de su obra destaca la perspectiva irónica frente a la pequeña burguesía, la denuncia de las injusticias sociales, la rememoración de la infancia (por ejemplo en El príncipe destronado, de 1973) y la representación de los hábitos y el habla propia del mundo rural, muchos de cuyos términos y expresiones recupera para la literatura.
En conclusión, se trata por tanto de una de las grandísimas figuras de la literatura española posterior a la Guerra Civil y uno de los principales referentes de la literatura en lengua española. Obtuvo a lo largo de su carrera las más destacadas distinciones del ámbito literario: el Premio Nadal (1948), el Premio de la Crítica (1953), el Príncipe de Asturias (1982), el Premio Nacional de las Letras Españolas (1991), el Premio Miguel de Cervantes (1993) y la Medalla de Oro de Castilla y León (2009), entre otros.
Señora de rojo sobre fondo gris el narrador de esta bella novela reconstruye la memoria que él guarda de su esposa, y así, iluminado por detalles entrañables, el recuerdo del viudo acompaña los gestos de quien fue tan excelente compañera. Al paso de esa evocación, el protagonista vibra con los sentimientos compartidos y nos relata lo más íntimo de las circunstancias conyugales. La reminiscencia, claro está, luce un tinte dramático, pues es la muerte quien arrebata una presencia tan querida, y es, por tanto, quien se enseñorea del relato bajo dos formas muy familiares: la sensación de ausencia y el extrañamiento de la realidad. En cierto modo, se trata de convertir en literatura un miedo muy profundo del escritor: la desaparición de alguien a quien quiere profundamente. Alguien cuya huella es tan profunda que, ante su falta, apenas tiene cabida el consuelo. (Tomado del Centro Virtual Cervantes)