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Sesión 1. Club ÉBANO. Antes del fin, de Ernesto Sabato

En la próxima sesión que tendrá lugar el 15 de octubre (11:00 h.) comentaremos el libro de Ernesto Sabato:  Antes del fin.

Ernesto Sabato:  (pronunciado /Sábato/) fue un importante escritor, ensayista, físico y pintor argentino (Rojas, 1911 – Santos Lugares, 2011). Escribió tres novelas: El túnel, Sobre héroes y tumbas y Abaddón el exterminador, e innumerables ensayos sobre la condición humana entre los que se incluye el libro de memorias, Antes del fin.
En el año 1929 ingresó en la Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas de la Universidad Nacional de La Plata (Argentina) donde se doctoró en 1938. Ese mismo año, le fue concedida una beca anual para realizar trabajos de investigación sobre radiaciones atómicas en el Laboratorio Curie de París, ciudad que ya conocía. Allí tomaría contacto con el movimiento surrealista, en especial con André Breton, que le influiría profundamente. Previamente, en sus años universitarios, fue militante del movimiento de Reforma Universitaria de tendencia comunista. En 1934 comenzó a tener dudas sobre el comunismo y en un viaje a Bruselas como delegado del Partido Comunista de la Argentina, abandonó el Congreso y huyó a París. Es ahí donde escribió su primera novela llamada La fuente muda. Regresó a Buenos Aires en 1940.
En 1943, debido a una crisis existencial, decidió alejarse de forma definitiva del área científica para dedicarse de lleno a la literatura y la pintura. Él definió a la ciencia como amoral porque “llevaría al mundo hacia el desastre”. En 1945, publicó su ensayo Uno y el Universo en el que prefiguraba buena parte de los rasgos fundamentales de su producción: brillantez expositiva, introspección, psicologismo y cierta grandilocuencia retórica. Su carrera literaria estuvo influida desde el principio por el experimentalismo y por el alto contenido intelectual de sus obras, marcadas por una problemática de raíz existencialista. Así, El túnel (1948) ahonda en las contradicciones e imposibilidades del amor, mientras que Sobre héroes y tumbas (1962) presenta una estructura más compleja, en que los diversos niveles de la narración enlazan vivencias personales del autor y episodios de la historia argentina en una reflexión caracterizada por un creciente pesimismo. Ambas novelas tuvieron gran repercusión y situaron a Sabato entre los grandes novelistas latinoamericanos del siglo.
A partir de la década de 1970, más que un escritor, Sabato representó una conciencia moral que actuaba como un llamado de alerta frente a una época que él no dudó en calificar de “sombría”. Fueron los años que dedicó a investigar “el infierno” de la represión durante la dictadura militar y que, según sus propias palabras, no le dejaron aliento ni espacio para la literatura. La conclusiones de la comisión quedaron recogidas en el llamado Informe Sabato. En 1984 fue galardonado con el Premio Cervantes.
La obra de Sábato incluye ensayos como Hombres y engranajes (1951), El escritor y sus fantasmas (1963), El otro rostro del peronismo (1956), Tango: discusión y clave (1963), La cultura en la encrucijada nacional (1973), Tres aproximaciones a la literatura de nuestro tiempo (1974), Apologías y rechazos (1979), Antes del fin (1998) y La resistencia (2000). Otra de sus grandes pasiones fue la pintura. Murió en 2011, poco antes de cumplir 100 años.

Antes del fin: es un libro de alto contenido autobiográfico que nos lleva por las distintas etapas del escritor: sus militancias políticas, sus dudas existenciales, sus sufrimientos y alegrías terrenales… En definitiva, un testimonio emocionante y estremecedor.
Del mismo modo, es la historia de un joven que, en contacto con los surrealistas, abandona la ciencia por la literatura y el arte, y con su primera novela, rechazada por distintos editores, obtiene el reconocimiento de Albert Camus y Thomas Mann. Es también la historia de un hombre rebelde, afín desde muy pronto al anarquismo y a la izquierda revolucionaria, que descubre y denuncia el totalitarismo soviético para luego, ya en su vejez, presidir con extraordinario coraje personal la comisión que investiga el horror de los desaparecidos en Argentina y desvelar la magnitud del genocidio.
Testimonio, epílogo, legado, testamento espiritual, Ernesto Sabato, como un Kafka de fin de siglo, indaga sobre la perplejidad y el desconcierto del hombre contemporáneo arrojado a un universo duro y enigmático.
Con un sencillo lenguaje, Sabato nos relata episodios de su vida que fueron importantes para él, y nos invita a una reflexión acerca del sentido de la vida, de la muerte y sobre la necesidad de modificar el espantoso presente que vive la humanidad.

Esperamos vuestros comentarios.

2 comentarios

  1. Angelina

    HAROCHE
    Haroche domesticó los átomos y la luz
    Martes 09 de octubre de 2012 EFE | El Universal15:01
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    El francés Serge Haroche, explicó hoy tras conocer que había sido galardonado con el Premio Nobel de Física 2012 que sus investigaciones científicas consisten esencialmente en “domesticar” los átomos y la luz.

    “Intentamos estudiar de la forma más simple posible la interacción entre la materia y la luz, entre los átomos y los fotones”, señaló Haroche en conferencia de prensa en París, abrumado aún por el revuelo mediático de su galardón, confesó.

    Sus investigaciones, así como las de su colega y amigo estadounidense David Wineland, con quien comparte el premio de la Real Academia de Ciencias sueca, han logrado “aislar lo mejor posible los átomos y los fotones para evitar perturbaciones” y poder estudiarlos correctamente.

    Se enfrían los átomos y los fotones para lograr reducir su velocidad y atraparlos en un campo electromagnético sin destruirlos, precisó el decimotercer Nobel francés de Física en el Colegio de Francia, donde ejerce como catedrático.

    A este científico, de 68 años, le gusta explicar que el fotón es como el soldado de Maratón que muere tras entregar su mensaje, salvo que gracias a sus investigaciones, la partícula mensajera (el fotón) sobrevive.

    Su investigación abre la puerta del desarrollo de ordenadores cuánticos, mucho más potentes y veloces que los actuales, dentro del campo que se denomina información o comunicación cuántica.

    Sin embargo, Haroche confiesa que es “escéptico sobre el funcionamiento del ordenador cuántico, de la manera en que lo pensamos hoy” y aunque cree que llegarán a ver la luz en el futuro, no se atreve a esbozar cómo ni cuando.

    Prefiere, sin embargo, aportar ejemplos más cercanos de aplicaciones derivadas de su campo de trabajo como los relojes atómicos que funcionan con iones y lograr medir el tiempo con una gran precisión y que permiten, entre otras cosas, el funcionamiento de los dispositivos de GPS.

    Francés nacido en Casablanca (Marruecos) en 1944, el nuevo Nobel de Física, ha logrado manipular fotones como nadie antes lo había hecho y sus experimentos han permitido hacer mediciones inéditas en física cuántica al conseguir atrapar esas partículas de luz entre dos espejos y medir su comportamiento sin destruirlos.

    El especialista en óptica cuántica y en ciencias de la información cuántica, atesora además una larga carrera como docente, por lo que recuerda que “la investigación premiada hoy es el fruto de muchos años de trabajo (…) en equipo” y anima a las nuevas generaciones a interesarse por la ciencia.

    “Es esencial atraer a los jóvenes brillantes hacia las carreras científicas, de investigación fundamental. Pero no llevarles a una trampa, sino a una carrera que les permita tener una vida normal”, para lo que hay que “simplificar burocracia y evitar que los jóvenes dediquen demasiado tiempo a buscar dinero para investigar y menos a sus trabajos científicos”, dijo.

    Claude Cohen-Tannoudji, director de la tesis doctoral de Haroche y Premio Nobel de Física en 1997 explicóque el trabajo del laureado “aporta una mejor comprensión del funcionamiento de la mecánica cuántica, que es una disciplina básica para (…) los transistores, los ordenadores, los chips…”.

    “No me sorprende nada esta importante recompensa. Sé que es un físico extraordinariamente dinámico, inteligente. Es extremadamente curioso, activo. Ha sido un gran placer poder trabajar con él”, concluyó el que fuera su maestro.

    Haroche se graduó en la Escuela Normal Superior (ENS) , se doctoró en 1971 y cuatro años más tarde comenzó a ejercer como profesor en la Universidad París VI, mientras investigaba en el ENS, puesto que mantuvo hasta 2001, cuando fue nombrado catedrático de Física Cuántica en el Colegio de Francia.

    Casado y con dos hijos, también ha desarrollado su labor docente en universidades como Harvard y Yale y es miembro de la Academia Francesa de las Ciencias.

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