«

»

Sesión 13. Club ÉBANO: “Verano y Amor” de William Trevor

El próximo 13 de mayo (11:30 h.) comentaremos la obra de William Trevor, Verano y amor.

William Trevor nació en en condado de Cork, Irlanda, en 1928. Criado en el medio rural, ingresó en el Trinity College de Dublín para estudiar Historia. Trabajó un tiempo como escultor, pero poco a poco le fue entrando el gusanillo de la literatura hasta llegar a ser considerado como uno de los mejores autores irlandeses de la actualidad. Es autor de una sólida obra literaria en la que alternan la novela y el relato Entre sus obras más conocidas se encuentra El viaje de Felicia, Premio Whitbread , Dos vidas o La historia de Lucy Gault. Ha recibido el prestigioso Premio David Cohen de la Literatura Británica en reconocimiento a su trayectoria. Es miembro de la Academia de Letras Irlandesas, En la actualidad reside en Devon, Inglaterra. A sus 81 años, después de una vida entregada a la creación literaria, William Trevor está considerado uno de los mejores narradores irlandeses vivos, a menudo comparado con su compatriota James Joyce

Verano y amor (Salamandra, 2011) nos cuenta una historia trágica y realista, ambientada en una pequeña población irlandesa durante un verano de los años cincuenta. Como en una acuarela, con trazos sencillos y delicados, casi translúcidos, narra una historia que vincula íntima e inolvidablemente a los personajes con el entorno —y el momento histórico— en el que viven. Ellie, una joven criada en un orfanato, es enviada a servir a la granja de Dillahan, donde se encuentra a un hombre que arrastra el sufrimiento de haber perdido a su esposa y a su hijo recién nacido en un extraño accidente. La vida de la pareja transcurre tranquila hasta que, un día de verano, la aparición del joven Florian despierta las emociones dormidas de Ellie. Con su extraordinaria capacidad para la empatía, y una prosa luminosa y sobria que describe con la precisión de un fotógrafo los detalles más reveladores de la vida cotidiana, William Trevor retrata un momento fascinante en la vida de un grupo de personas marcadas por una época en la que la Iglesia empezaba tímidamente a relajar su tenaz control de la inmoralidad sexual. Una novela con un final sorprendente que te mantiene en vilo hasta la última línea. Ha sido recibida por la crítica anglosajona como “obra de arte perfecta” y “obra maestra”.

Esperamos vuestros comentarios.

1 comentario

  1. Angelina

    Ya no se hacen libros como los de antes, salvo cuando escribe William Trevor (1928, Irlanda). Después de siete años de espera el mejor narrador irlandés vivo vuelve a demostrar todo su arte con una ‘novela corta’ ambientada en los cincuenta, cuyo sistema, estructura, estilo y trama la hacen merecedora del calificativo de “obra clásica” sin salirse ni por extensión ni por contenido de los límites que dicho género le impone.

    Verano y amor no engaña en ningún momento, carece de artificio hasta en el título, pues evidentemente es una novela romántica teniendo además la ligereza temporal que la estación estival impone. Un pueblo pequeño, grupos familiares que se conocen inmemorialmente, y un ramillete de personajes que ajenos a la guerra pasada siguen su ritmo normal de vida, entierros, cotilleos, trabajo urbano, agrícola.
    Algo modifica ligeramente el panorama cuando un joven se dedica sin maldad ninguna a fotografiar el funeral de una de las mujeres más influyentes de la ciudad. Los pocos que se dan cuenta especularán sobre su origen y sus propósitos. Más aún cuando se irá dejando caer de cuando en cuando por la pequeña urbe.
    Cerca de allí vive Ellie, nueva esposa de un granjero que enviudó tras un fatal accidente propiciado por su marido. Ella, procedente de un orfanato, no conoce otro tipo de vida y se puede decir que es relativamente feliz, cuando en realidad solo está adaptada.
    Cuando el joven fotógrafo y la esposa reciente se conocen surgirá entre ambos una amistad que progresará hasta convertirse en amor, una amor con los días contados.
    Trevor abandona el concepto típico de buenos y malos en su obra. La inquina y los enfrentamientos desaparecen, incluso Dillahan el esposo de Ellie es un hombre amable, cuidadoso y entregado a su trabajo y su mujer. Solo la señorita Connulty despunta con sus cotilleos pueblerinos habituales. Con este ambiente Trevor consigue crear un amor puro entre los jóvenes protagonistas, no motivado por las presiones personales ni familiares.
    Un reflejo moral propio de otra época contado con una delicadeza inusual que el irlandés sigue puliendo con sus más de ochenta años. De su estilo nos gustaría destacar la coherencia por frases conectivas que demuestra, dejando en cada párrafo un pequeño detalle que nos lleva a la siguiente idea de una forma fluida haciendo intuitiva y fácil la lectura.

Los comentarios han sido desactivados.