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Sesión 4. Club ÉBANO: Sostiene Pereira, de Antonio TABUCCHI

El próximo 14 de noviembre (11:00) comentaremos la obra de Antonio Tabucchi, Sostiene Pereira.

Antonio Tabucchi (Vecchiano- Pisa, 1943) es uno de los más importantes escritores italianos contemporáneos. Estudia en Pisa su Licenciatura y en un viaje en tren desde París, en los años sesenta, descubre a Fernando Pessoa que se convertirá en su referente y lo llevará a su amor por la literatura portuguesa y por el mismo país. Entre 1987 y 1989 dirigió el Instituto Italiano de Cultura de Lisboa; actualmente es catedrático de Lengua y Literatura Portuguesas en la Universidad de Siena. Es también reconocido como crítico literario.

En sus novelas, Tabucchi nunca se repite. Cada libro nuevo se niega a parecerse al precedente. Sostiene Pereira, es una novela sobre la lealtad y el valor civil. En ésta, como en otros libros, Portugal es fondo y escenario, un país que ahora vemos, gracias a su obra, como reinventado por él. No menos inolvidables son Dama de Porto Pym, relatos sacados de aquí y allá durante un viaje por las Azores; la pieza en un acto Al señor Pirandello lo llaman por teléfono; Réquiem, un recorrido por una Lisboa donde el autor o el yo narrativo van a la busca de su personaje probablemente real llamado Fernando Pessoa, y Sueño de sueños, donde crea literariamente unas vidas en los sueños tomando como base las vidas imaginarias de Marcel Schwob. Otros libros son Piazza d’Italia, La pequeña flota, El juego del revés, Nocturno hindú, Los volátiles del Beato Angélico, La línea del horizonte, El ángel negro, La cabeza perdida de Damasceno Monteiro. En 2004, recibió en España el premio Francisco Cerecedo.

Sostiene Pereira publicada en 1994, está ambientada en el Portugal de 1938, en plena dictadura de Salazar. Cuenta la historia de Pereira, un viejo periodista encargado de la sección cultural de El Lisboa. Un día decide contratar un ayudante y la elección, un poco accidental, recae en el joven Monteiro Rossi, y es en el transcurso de la evolución de la relación de estos dos personajes donde vemos la auténtica evolución y transformación del propio Pereira quien, en principio muy indiferente a lo que sucede en su país, termina por involucrarse activamente en los acontecimientos.

La historia corre a cargo de un narrador impreciso, que en cierto momento hace pensar si se tratará de un funcionario de policía; pero al final de la novela, Tabucchi aclara que Pereira existió realmente, que se conocieron y que es éste el que cuenta esa historia con el repetitivo sostiene Pereira. Después de todo, el título original en italiano, que no se corresponde con esta coletilla, es “Una testimonianza”. Es magistral la manera en que Tabucchi recrea la aparente debilidad de pensamiento de Pereira, transformándola hasta convertirlo en un personaje comprometido con su forma de pensar y valorar las injusticias.

Tiene bastante mérito que Tabucchi haya elegido a una persona, a priori mediocre, muy culta pero inmovilista en su fondo y en su forma, físicamente cansada, y con un carácter bastante tendente a la melancolía. A Pereira no le gusta meterse en líos, pero no puede quedarse quieto ante el brutal asesinato de su amigo Rosi. Su forma de vengarse constituye tanto un acto de maquiavélica profesionalidad periodística, como de compromiso ético, más que político.

Pereira es un personaje entrañable, un periodista lisboeta que escribe en un periódico sin ninguna tendencia política. Estamos en 1938, en plena dictadura Salazarista, en los preliminares de la Segunda Guerra Mundial y en plena Guerra Civil española. Pereira lleva una vida tranquila, más o menos sedentaria, cuidando su obesidad intentando comer poco (pone cara de resignación cuando se prepara una tortilla a las finas hierbas), y hablando de vez en cuando con el retrato de su difunta esposa. Se considera católico, pero a su manera. “La escribí en Vechiano, en dos meses, que fueron también tórridos, de intenso y furibundo trabajo. Por una afortunada coincidencia, acabé de escribir la última página el 25 de Agosto de 1993. Y quise registrar esa fecha en la página porque es para mi un día importante: el cumpleaños de mi hija. Me pareció una señal, un auspicio. El día feliz del nacimiento de un hijo mío nacía también, gracias a la fuerza de la escritura, la historia de la vida de un hombre”.

Sostiene Pereira que su historia no es un texto histórico, pero que a través de un comentario aquí y una insinuación allá, nos aproxima a lo que ocurría en Portugal, y en Europa, en los años 30 del siglo pasado. Sostiene Pereira que tampoco es un libro político, aunque el trasfondo político que contiene es demasiado alto como para hacerle caso. Pereira sostiene que su relato es sólo la historia de un viejo periodista viudo a cargo de la página cultural de un diario cualquiera. Todo su mundo se condensa en su solitaria redacción, su casa y el restaurante donde come, un día sí y otro también, una tortilla de finas hierbas y donde bebe limonadas. Curiosamente, y pese a su profesión, es en el restaurante, a través del camarero, donde se entera de lo que ocurre fuera de su mundo. Pero, sostiene Pereira, su vida da un giro inesperado cuando otro periodista, joven y con más ganas de vivir, irrumpe en su vida. Monteiro Rossi, que así se llama este joven impulsivo, hace que la historia que nos narra Pereira comience a correr y despierta, sostiene Pereira, aunque sin confesarlo claramente, al verdadero Pereira que siempre quiso ser. Sostiene Pereira que su historia es, en cierta forma, la de un converso. Pereira sostiene que, en el fondo, quiere realizar un llamamiento a la conciencia dormida de muchos periodistas y a liberarles del miedo al compromiso que atenaza a tantos profesionales. Sostiene Pereira que se puede luchar entre líneas y que se puede luchar abiertamente, asumiendo todas las consecuencias, pero que es imposible que alguien como él, con sentido de la dignidad y de la justicia, pueda convivir mucho tiempo con la injusticia y la agresión a los débiles.

Durante toda la novela se describen situaciones, como hemos visto, en la que el protagonista, azuzado por la presencia de Monteiro Rossi y su novia, toma conciencia de su entorno político y de su deber como periodista para con la verdad y para con los demás. El personaje del camarero que le informa y le echa en cara en parte a Pereira que no esté más comprometido, es quizás el que le incita a romper con esta espiral de silencio. Otro personaje que aparece en la obra y que va minando la resistencia del viejo Pereira a actuar es la señora Delgado, una mujer judía alemana que huye de una Europa en la que los judíos no son bien vistos. En la conversación que tiene en un tren con ella, Pereira se justifica ante la insistencia de la mujer en que un periodista intelectual como él debe tomar partido. Finalmente Pereira, con prudencia pero con valentía, actúa y rompe el silencio tras el asesinato, en su misma casa, del joven Rossi. Sabe que esto significa su destierro y su huida, pero a la vez sabe que es lo único que puede hacer

El libro, que obtuvo varios premios, fue llevado al cine en 1996 por Roberto Faenza, con Marcelo Mastroianni en el papel de Pereira.

Esperamos vuestros comentarios.

4 comentarios

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  1. Angelina

    Para mí lo más interesante de esta novela es que los hechos ocurren en 1938,que en Portugal está Salazar,con la Guerra Civil Española ,y los Fascismos europeos en una Europa en la que los judíos son acosados y perseguidos
    Es moral o posible mantenerse neutral,y vivir al márgen de esa situación?Pereira dice que no,mientras se come una “tortilla de patatas a las finas hierbas”
    La película me gustó mucho,y ya que Pereira contrata a Monteiro Rossi para hacer la reseña necrológica de García Lorca,se me ocurre que podría incluir un POEMA a continuación,escrito por él

  2. Angelina

    EL CUERPO PRESENTE

    La piedra es una frente donde los sueños gimen
    sin tener agua curva ni cipreses helados,
    La piedra es una espalda para llevar al tiempo
    con árboles de lágrimas y cintas y planetas.

    Yo he visto lluvias grises hacia las olas
    levantando sus tiernos brazos acribillados,
    para no ser cazadas por la piedra tendida
    que desata sus miembros sin empapar la sangre.

    Porque la piedra coge simientes y nublados,
    esqueletos de alondras y lobos de penumbra;
    pero no da sonidos, ni cristales, ni fuego,
    sino plazas y plazas y otras plazas sin muros.

    Ya está sobre la piedra Ignacio el bien nacido.
    Ya se acabó; ¿que pasa? Contemplad su figura:
    la muerte le ha cubierto de pálidos azufres
    y le ha puesto cabeza de oscuro minotauro.

    Ya se acabó. La lluvia penetra por su boca.
    El aire como loco deja su pecho hundido,
    y el Amor, empapado con lágrimas de nieve,
    se calienta en la cumbre de las ganaderías.

    ¿Qué dicen? Un silencio con hedores reposa.
    Estamos con un cuerpo presente que se esfuma,
    con una forma clara que tuvo ruiseñores
    y la vemos llenarse de agujeros sin fondo.

    ¿Quién arruga el sudario? ¡No es verdad lo que dice!
    Aquí no canta nadie, ni llora en el rincón,
    ni pica las espuelas, ni espanta la serpiente:
    aquí no quiero más que los ojos redondos
    para ver ese cuerpo sin posible descanso.

    Yo quiero ver aquí los hombres de voz dura.
    Los que doman caballos y dominan los ríos:
    los hombres que les suena el esqueleto y cantan
    con una boca llena de sol y pedernales.

    Aquí quiero yo verlos. Delante de la piedra.
    Delante de este cuerpo con las riendas quebradas.
    Yo quiero que me enseñen donde está la salida
    para este capitán atado por la muerte.

    Yo quiero que me enseñen un llanto como un río
    que tenga dulces nieblas y profundas orillas,
    para llevar el cuerpo de Ignacio y que se pierda
    sin escuchar el doble resuello de los toros.

    Que se pierda en la plaza redonda de la luna
    que finge cuando niña doliente res inmóvil;
    que se pierda en la noche sin canto de los peces
    y en la maleza blanca del humo congelado.

    No quiero que le tapen la cara con pañuelos
    para que se acostumbre con la muerte que lleva.
    Vete Ignacio: No sientas el caliente bramido.
    Duerme, vuela, reposa: ¡También se muere el mar!

    Poemas de Federico García Lorca

  3. Angelina

    TRAILER de SOSTIENE PEREIRA:

    http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=JQffuEdW5aM#!

  4. Angelina

    La banda sonora de la película SOSTIENE PEREIRA,interpretada magistralmente por una cantante ,en portugués.
    Destaco la expresividad de sus manos!
    http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=nBov50G6gYY#!

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