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Sesión 9. Club MACONDO: “Cementerio de pianos” de José Luís Peixoto

El próximo 25 de febrero, como siempre a las 19:15, nos encontraremos para poner en común nuestra lectura de Cementerio de pianos, obra de José Luís Peixoto, representante de la llamada nueva literatura portuguesa.

José Luís Peixoto (Galveias, Ponte de Sor, 1973). Poeta, cuentista, novelista, articulista y dramaturgo, Peixoto nació en 1974 en un pequeño pueblo del Alentejo que abandonó a los 18 años para estudiar Lengua y Literatura Moderna (inglés y alemán) en Lisboa.

Se ha convertido en uno de los escritores portugueses actuales con mayor reconocimiento, tanto nacional como internacional. Buena prueba de ello son los premios que han avalado su quehacer  y el hecho de que se sus novelas se hayan editado en más de 20 idiomas. En tres ocasiones recibió el premio Jovens Criadores, área de literatura (1997, 1998 y 2000) del Instituto de la Juventud de su país. En 2001, su novela Nenhum olhar (Nadie nos mira), fue galardonada con el Premio Literario José Saramago. Ese mismo año publica su primer libro de poesía, inédita en español, A criança en ruínas. Con el poemario Gaveta de papéis, recibe el premio de poesía Daniel Faria en 2008 .

A su labor como novelista hay que sumar su trabajo como dramaturgo del que son ejemplos, Anathema, À manhã o Cuando o inverno chegar y sus textos y adaptaciones para musicales y algún libro infantil. En  2012 se estrena con la literatura de viajes con Dentro do segredo. Uma viagem na Coreia do Norte

También colabora con numerosas publicaciones tanto portuguesas como de otros países entre las que destacan Jornal das Letras o Time out.

Cementerio de pianos, publicada en 2006 en Portugal y en 2007 en nuestro país, es tras Nadie nos mira, la novela que ha consolidado internacionalmente la obra de Peixoto. Críticas halagüeñas en Francia y Gran Bretaña y el Premio Cálamo Otra Mirada en nuestro país para una obra singular que nos traslada a una Lisboa ‘sin tiempo’, a un taller de carpintería donde los pianos rotos espera a ser despiezados, a través del testimonio de dos Franciscos Lázaros (padre e hijo y ambos carpinteros), que intercalan el relato de sus vivencias, paralelas, quizás intercambiables en muchos casos, pero narradas desde miradas y tiempos diferentes. Francisco Lázaro hijo, es aquel carpintero y corredor de maratón lisboeta que murió durante la prueba en los Juegos Olímpicos de Estocolmo en 1912.

El autor teje las voces de padre e hijo, para presentarnos un relato poético y fantasmal que desenmascara la historia de una familia con sus luces y sombras. Nos habla del drama de la vida, de la infancia que no volverá, de los misterios del amor y de la muerte… buscando transmitir algo que va más allá de las palabras..

Esperamos vuestros comentarios.

3 comentarios

  1. José Miguel

    Hola a todas y a “dos”. No me va a ser posible asistir a la reunión del próximo lunes 25, por lo que te ruego que me disculpes, Mª. Antonia.
    Aun así he leído “Cementerio de pianos” y me ha parecido una novela interesante. Creo que lo hubiera sido igualmente con una estructura narrativa menos complicada. Y eso que me facilitó mucho iniciar su lectura que Mª Antonia nos advirtiera el intercambio y sucesión de narradores, pues la información y comentarios de la tapa no los leo nunca hasta que no he leído la obra. He de señalar que en el ejemplar que me han dado, los primeros narradores están identificados a mano con “F P” y “F N”; asimismo hay subrayados, admiraciones, interrogaciones…¡Una vergüenza! Alguien anda por ahí muy culto (?), pero carente de la más mínima educación, como es el respeto a los demás y a lo de los demás, sea privado o público.
    Salvo que yo me haya liado, los narradores son tres: el maratoniano y su padre, y también el hijo de aquél, quien nace el mismo día de su muerte en Estocolmo y descubre el cementerio de pianos cuando, ya siendo un joven, trabaja en el taller, que fue de su padre y de su abuelo, acompañado de su tío Simâo. Digo esto y al mismo tiempo lo pregunto, porque la tapa dice: “Padre e hijo actúan como narradores e intercambian sus vivencias…”
    La novela permite imaginar, casi ver, la vida de la familia e incluso de Lisboa a principios del siglo XX, aunque creo que hay algunos detalles discordantes que comentaré. Pero lo más destacable en mi opinión es el realismo en el retrato de los personajes, especialmente Marta y su obesidad, en la descripción de los lugares, así como el dramatismo de algunas escenas, como en la que Simâo pierde el ojo, las agresiones de maridos y padres a las mujeres e hijos (la acusación de la nieta es terrible: “… estás muerto, pero tus errores siguen vivos”); o la angustia de la muerte del corredor.
    Hay unos datos que no se ajustan, creo, a la realidad del momento histórico en que se desarrollan los hechos. Así no me parece creíble que 1912 hubiera retransmisión radiofónica de la carrera (en España las primeras emisoras de radio son de 1924), o que el aparato de radio estuviera encima del frigorífico eléctrico, o bolsas de plástico en suelo del mercado. También me llama la atención que escriba Íris (con tilde) y Maria (sin ella), no sé si será así la ortografía portuguesa. Y para acabar tenemos un ejemplo de “traducción igual a traición”, cuando describe el bigote del músico italiano como la tilde de la “ñ” ¿Cómo será en el original portugués?.
    Perdonar por la extensión. Un saludo

  2. marina velayos

    Hola compañeros / as
    Como no voy a poder asistir al club os dejo un breve comentario sobre “Cementerio de pianos”
    Más que un placer ha sido un trabajo leer este libro con tantos saltos de tiempo y espacio, tampoco me gusta tanto punto, parece que estés leyendo un telegrama interminable.
    En cuanto al argumento me parece deprimente del todo, en fin que no me ha gustado nada.
    Un abrazo y espero poder veros en la próxima sesión

  3. Manu

    No me ha gustado o no lo he leído como hubiera sido correcto, pero en fin no puedo darle otra vuelta, me he perdido fácilmente, me ha parecido un libro triste y oscuro.
    Lo siento no lo recomendaría a nadie.

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