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Sesión 8. Club ARTEMISA: “Los males menores” de Luis Mateo Díez

El próximo lunes 14 de marzo (11 h.), nuestra sesión estará dedicada a la obra de Luis Mateo Díez, Los males menores.

Luis Mateo DíezLuís Mateo Díez (Villablino, León, 1942).  Escritor que ha cultivado tanto la narrativa como la poesía o el ensayo aunque es con la primera con la que parece haber desplegado con mayor éxito sus capacidades literarias.

Licenciado en derecho por la Universidad de Oviedo, compagina su trabajo como jefe del servicio de documentación jurídica del Ayuntamiento de Madrid, institución en la que trabaja como funcionario desde 1962, con su labor literaria.

Su primer libro de cuentos, Memorial de hierbas, apareció en 1973, al que seguirían Brasas de agosto (1989) y Los males menores (1993). Entre tanto publica las novelas Las estaciones provinciales (1982), La fuente de la edad (1986), con la que obtuvo el Premio Nacional de Literatura y el Premio de la Crítica, Apócrifo del clavel y la espina (1988), Las horas completas (1990) o El expediente del náufrago (1992).

La lista de su obra se completa, entre otras, con Camino de perdición (1995), La mirada del alma (1997), El paraíso de los mortales (1998), Días del desván (1999), Fantasmas del invierno (2004), las fábulas reunidas en El diablo meridiano (2001) y en El eco de las bodas (2003). Con La ruina del cielo (2000) vuelve a obtener el Premio Nacional de Narrativa y el Premio de la Crítica.

Entres sus últimas obras publicadas encontramos El expediente del naúfrago (2008), Fábulas del sentimiento (2013) o Los desayunos del Café Borenes (2015)

Es miembro de la Real Academia desde el año 2000.

Los males menores recoge treinta y ocho cuentos, en su mayor parte microrrelatos, escritos por Luis Mateo Díez a partir del año 1989, fecha que marca el límite cronológico de los relatos recogidos en un volumen anterior titulado Brasas de agosto. Si bien los mayores éxitos le han llegado de la mano de la novela, en sus inicios es el relato breve el que tiene un marcado protagonismo y es en esos relatos de sus orígenes donde encontramos las claves de su estilo. El autor, aprovecha la técnica del relato breve para intensificar no sólo el argumento, sino sobre todo la emoción, una conexión instantánea con la sensibilidad del que lee.

Los males menores de la vida, los amores contrariados, las ilusiones sin cumplir, los deseos insatisfechos… se dulcifican en estos relatos gracias al humor y al efecto sorpresa. Dado que el microrrelato se presta especialmente a la experimentación, el autor se acerca en esta obra a los límites de la condensación, la intensidad, la expresividad y la imaginación para llamarnos la atención sobre la fragilidad de la vida humana, lo paradójico de la existencia y lo ambiguo de nuestra conducta.

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