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Sesión 15. Club ARTEMISA: “Lorca. Un poeta en Nueva York” de Carles Esquembre

En la última sesión del club en este curso, lunes 3 de junio, a las 11 h., comentaremos la novela gráfica de Carles Esquembre, Lorca. Un poeta en Nueva York

Lorca. Un poeta en Nueva YorkLa aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean las aguas podridas.
La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.

(La aurora. Poeta en Nueva York de Federico García Lorca)

 

Carles Esquembre (Valencia, 1985) es un músico y dibujante formado en la Escola Joso de Barcelona que ha trabajado como ilustrador freelance y realizado storyboards para producciones audiovisuales en Dacsa Produccions, Timelapse Creative Agency, Rumores Factory, Tigre de Paper edicions y Videomapping Pro, entre otros. Su primera incursión en el mundo del cómic tuvo lugar en 2013, cuando se autopublicó The Body, un tebeo de ciencia ficción donde unos diminutos sanitarios son introducidos en el interior de un cuerpo humano enfermo. También ha participado en la antología Visiones del fin, publicada por Aleta en 2015. A finales de 2016, con la editorial Panini publica la novela gráfica Lorca. Un poeta en Nueva York, cuya reciente tercera edición incluye más páginas, un mayor tamaño y nuevo material adicional. Actualmente se encuentra terminando la novela gráfica La brigada Lincoln, con guion de Pablo Durá y color de Ester Salguero, que narra la historia de un grupo de voluntarios estadounidenses que llegaron a España para ayudar al gobierno de la República a luchar contra el fascismo. Prevista su publicación en otoño de 2018 bajo la editorial Panini Comics.

Lorca. Un poeta en Nueva York : verano de 1929. A bordo del transatlántico Olympic, acompañado de su amigo y mentor Don Fernando de los Ríos, el poeta se verá inmerso en una convulsa travesía existencial. Abrumado por el éxito del Romancero gitano, se enfrentará al rechazo de sus amigos Luis Buñuel y Salvador Dalí, así como al pesar de un amor no correspondido por Emilio Aladrén.

La estancia del poeta en aquella ciudad y aquel país, tan distintos a la España de principios de siglo XX, dotará a su sensibilidad de múltiples estímulos. Desde Harlem hasta los rincones más sórdidos de la gran urbe, los alegres locales de Jazz o la vigorosa muchedumbre de Coney Island, Lorca vislumbrará un insólito mundo de paisajes humanos. Nuevas promesas teñidas de nostalgia por el viejo mundo.

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