En la sesión del viernes 20 de enero de 2017 (19:00 h), comentamos dos libros. El segundo de ellos, Hidratante Olivia, de Diego Álvarez Miguel.
Diego Álvarez Miguel (Oviedo, 1990) es ingeniero de telecomunicaciones. Previo paso por los concursos del colegio y del instituto, en 2008 le concedieron el premio Dafne de poesía por su pieza Hoy, como todos los días. Ha publicado, junto con su amigo y también poeta Xaime Martínez, el libro de relatos Los mil cuentos de Marcelino Tongo, que mereció el II Premio de Narrativa de la Universidad de Oviedo, además de los libros de poemas Un día, tres otoños (2012, Premio Gloria Fuertes de Poesía Joven) y Lugares últimos (2014, IV Premio de Poesía Universidad de Oviedo). En 2015 obtuvo el XXX Premio Hiperión de Poesía por su poemario Hidratante Olivia. Ha colaborado en Anáfora, revista literaria coordinada por los poetas asturianos Cristian David López y Pablo Nuñez, y en distintas plataformas literarias. También es miembro fundador del Patarrealismo Salvaje, una curia secreta que aglutina a varios poetas y narradores ovetenses. Actualmente reside en Madrid.
(Información obtenida del blog El país de Ammyt)
Hidratante Olivia: poemario dividido en tres partes, cada una de las cuales forma la frase “Hidratante Olivia, hazme siempre caso, excepto alguna vez”. En el aspecto formal, Diego Álvarez Miguel se decanta por el verso de arte mayor, con predominio del verso libre. También incluye algunos sonetos y un puñado de haikus, siendo éstos las únicas composiciones cortas que aparecen en el libro. A través de los versos largos el poeta busca generar la sensación de ser extraídos de una conversación, o más bien, de una especie de susurro íntimo. Los haikus también buscan este efecto, aunque no lo consiguen de una forma tan evidente.
El poemario trata fundamentalmente de amor, en sus facetas más y menos románticas. Comienza hablando del enamoramiento por la mujer que da nombre al título, aunque va deslizándose poco a poco hacia encaprichamientos fugaces por mujeres anónimas (“Linea seis”), hasta llegar a lo erótico. Una vez allí sigue deslizándose hasta llegar a la versión más carnal y cruda del sexo, con algunos toques de humor. Aparte de estos dos temas, el autor no incluye muchos más, algunos versos tratan sobre experiencias y en otros se nos muestra una poesía más hermética, no obstante, el núcleo principal del libro es el amor. Es difícil hacer un poemario así. La poesía más demandada es, sin duda, la poesía amorosa, pero también hay que tener en cuenta que el amor es el sentimiento más tratado en poesía desde que existe la poesía. Escribir poemas de amor con vistas a ser publicado constituye un acto de valentía, ya que inevitablemente alguien te comparará con los grandes maestros de la poesía clásica.
Con este poemario, Diego Álvarez Miguel continúa la larguísima estela de la poesía amorosa. Un conjunto de poemas frescos y naturales que logran la difícil tarea de hablar del sentimiento amoroso sin caer en el sentimentalismo excesivo ni ser una repetición de voces anteriores.
(Información extraída del blog Vallenegro).