«

»

Sesión 7. Club MACONDO: “La hija del optimista” de Eudora Welty

En la próxima sesión del club, el lunes 22 de enero,  a las 19 h., comentaremos el libro de Eudora Welty, La hija del optimista.

Eudora WeltyJunto con William Faulkner, Carson McCullers, Truman Capote o Tennessee Williams, es uno de los grandes monstruos sagrados de la literatura americana.

(Richar Ford)
Eudora Welty (Jackson, Misisipi 1909 – ibíd 2001) comparada con William Faulkner, fue la primera escritora que vio publicada en vida su obra en la prestigiosa Library of America. Estudió en la Universidad para Mujeres de Mississippi. Continuó sus estudios lejos del Sur, en la Universidad de Wisconsin-Madison, y luego en la Universidad de Columbia. Durante los años treinta trabajó como fotógrafa en la Agencia Estatal de Administración Laboral y recorrió hasta el último rincón del estado de Mississippi. En 1936 apareció su primer relato: Death of a Traveling Salesman, que llamó la atención de Katherine Anne Porter, quien se convirtió en su mentora. Suya es, precisamente, la introducción al primer libro de relatos de Welty, Una cortina de follaje (1941). A su pluma se deben auténticos clásicos de la moderna literatura americana como Boda en el Delta (1946), El corazón de los Ponder (1954), Las batallas perdidas (1970) o La hija del optimista, que en 1973 la hizo merecedora del Pulitzer. Cabe también destacar La palabra heredada (Impedimenta, 2012), autobiografía de la autora. También reconocida maestra del arte del relato —sus cuentos aparecieron en revistas como The New YorkerThe Southern ReviewAtlantic Monthly o Harper’s Bazaar— murió de neumonía en su ciudad natal, a la edad de 92 años.

La hija del optimista: galardonada con el prestigioso Premio Pulitzer, está considerada como su obra maestra. Narra la historia de Laurel McKelva, una mujer de mediana edad que viaja a Nueva Orleans para hacerse cargo de su padre, un juez retirado que ha de someterse a una operación quirúrgica. El juez no logra recuperarse, y muere lentamente. Será entonces cuando Laurel emprenda un largo viaje de regreso a su hogar familiar en Mount Salus, Mississippi, llevando consigo el cuerpo de su padre, y siempre vigilada por la segunda esposa de éste, Fay, una mujer orgullosa y más joven que Laurel. En la enorme casa, rodeada de sus antiguos conocidos y de las paredes que la vieron crecer, Laurel ha de enfrentarse a los fantasmas de su juventud y a las deudas del pasado.

(Información tomada de la editorial Impedimenta)

Más información: